The inner life and Tao-Teh-King / C. H. A. Bjerregaard

Por: Tipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: New York: The Theosophical, 1912Descripción: 225 pTema(s): Revisión: El 28 de enero de 1922, The New York Times publicó el obituario de Carl Henrik Andreas Bjerregaard, bibliotecario de la New York Public Library. El texto funerario presentaba una semblanza de la vida del difunto desde su niñez y juventud en su Frederica (Dinamarca) natal, sus estudios en la Universidad de Copenhague y su paso por la Academia Militar de Dinamarca en 1866. El escueto memorial ponía el acento en dos aspectos de la personalidad de Bjerregaard (1845-1922): se lo señalaba como un escritor y una autoridad en misticismo y como un pintor autodidacta de vocación tardía (70 años de edad). En su faceta de escritor se destacaban sus obras “Lectures on Mysticism and Nature Worship”, “Sufi Interpretations of the Quatrains of Omar Khayyam and Fitzgerald” y “The Great Mother […]”. Sin lugar a dudas, su producción fue mucho más vasta e incluyó un número importante de libros; como así también, ensayos y artículos publicados en el “Theosophical path magazine” de New York entre 1886 y 1887 (la mayoría de ellos se abocaron al estudio y difusión del sufismo). Su libro, "The Inner Life and the Tao-Teh-King", fue editado por la Theosophical Publishing Company en 1912. El mismo Bjerregaard aclara, en el lacónico prefacio de esta obra, que el volumen está compuesto por una serie de conferencias originales, revisadas y corregidas, cuyo propósito es presentar una interpretación mística del Tao Te Ching que, según el autor, es el único modo apropiado de leerlo: They claim not to be exhaustive, but only an attempt in direction of a mystic interpretation of the Tao-Teh-King, a manner of Reading that famous book but Little practiced and less understood. The only proper way of reading that book is in the light of mysticism…” (p. v). También advierte que se ha basado en algunas versiones con las que estaba de acuerdo; pero, en ocasiones, ha recurrido a su propia traducción del texto. Una crítica literaria del libro publicada por The New York Time (Tao-Teh-King, 1913) apunta en esa misma dirección sin aportar ningún juicio de valor, más allá de relacionarlo con otras traducciones y destacar que se distingue del resto por la importancia de los extensos comentarios y por el punto de vista del autor, adelantado en cita textual registrada más arriba. En concreto, Bjerregaard, ofrece una exégesis del clásico chino desde una óptica particular (misticismo, teosofía, “inner life”), perspectiva, por otra parte, detallada y explicitada en los tres primeros capítulos del volumen (“The inner life and the Tao-Teh-King”, p. 1-16; “The inner life”, p. 17-33; “Mysticism”, p. 34-58). Un extracto seleccionado del primer capítulo declara la posición del autor y el eje conceptual de la obra: “The Inner Life is a ‘Wisdom of the other shore’; and only comprehensible to those who have crossed over the river or have sailed upon it. Experience, not lecturing, nor hearing a lecture, will make it clear.”(p. 6). Con esta visión particular desde “la otra orilla”, donde confluyen en apretado sincretismo los espíritus de oriente y occidente, Bjerregaard examina los temas recurrentes del taoísmo: la simplicidad, el sabio, la longevidad, el Tao, el Te, la vida, la No-acción (wu wei), etc. En algunos pasajes se esmera en tratar las cuestiones por medio de diagramas ― “a picture of Tao” ―, o a través de símbolos, objetos de su propia creación, como “la llama de la vela que representa el Todo” (Ver Ilustración 8). La Theosophical Publishing Company fue fundada a comienzos del siglo XX por Harold Waldwin Percival (1868-1953) quien se convertiría en el principal difusor de la literatura teosófica de la época (Santucci, 2013). Es la típica editorial al servicio de una institución determinada, en este caso, The Theosophical Society of New York. El ejemplar del Archivo Histórico tiene una particularidad que no pasa inadvertida: no presenta la encuadernación original. Dicho de esta forma, podría dar la impresión de tratarse de un hecho menor si no se elucidaran algunos pormenores. La nueva encuadernación tiene tapas duras, forradas en cuero azul con los datos de los títulos – inglés y chino – y el autor estampados en letras doradas; luce en las contratapas internas – anterior y posterior –, conjuntamente con las guardas contiguas, una muy fina decoración con motivos vegetales, zarcillos y pequeñas flores, que cubre toda la superficie. Remata tan delicado ornamento, en llamativo contraste, una pequeña etiqueta, la cual suma otro detalle bibliofílico interesante. Este rótulo lleva la siguiente inscripción: “John M. Watkins Publisher and Bookseller 21, Cecil Court Charing Cross Road, London, w.c.” John M. Watkins estableció su librería a fines del siglo XIX y publicó su primer catálogo de usados en 1893. Lo destacable es que el comercio de Walkins era frecuentado por personalidades como el poeta irlandés W.B. Yeats (miembro de la Orden Hermética de la Golden Dawn) y G.R.S. Mead, autor de libros sobre gnosticismo y figura destacada de la Sociedad Teosófica (Watkins Books, 2010). El mismo John Watkins se consideraba amigo y discípulo de Helena Petrovna Blavatsky, cofundadora de la mencionada Sociedad y prolífica escritora de temas esotéricos. Se relata que, justamente, el establecimiento de la mencionada librería se debió a una preocupación de su amiga: “The ideal of founding the bookshop is said to have occurred to Mr. Watkins in a conversation with Madame Blavatsky in which she lamented the fact that there was nowhere in London one could buy books on mysticism, occultism and metaphysics” (Watkins Books, 2010, p.3). ¿Qué vínculo existe entre Watkins y este ejemplar? ¿Fue su librería en la que se expuso a la venta o fue el encargado del embellecimiento ulterior de la pieza o ambas cosas? No se conoce con seguridad este hecho y muchas hipótesis podrían formularse al respecto; lo cierto es que, de alguna manera, existió un interés personal de Watkins para que su nombre se perpetuara en este libro. Por otra parte, es evidente, teniendo en cuenta las ediciones estándares de la Theosophical Publishing Company, que el destinatario de la obra “reacondicionada” era un lector especial en algún sentido: ¿un bibliófilo?, ¿un miembro de la confraternidad? Un enigma…por el momento.
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Incluido en Huellas en papel Año 2 No 4 (2014) Reg. 57.

El 28 de enero de 1922, The New York Times publicó el obituario de Carl Henrik Andreas Bjerregaard, bibliotecario de la New York Public Library. El texto funerario presentaba una semblanza de la vida del difunto desde su niñez y juventud en su Frederica (Dinamarca) natal, sus estudios en la Universidad de Copenhague y su paso por la Academia Militar de Dinamarca en 1866. El escueto memorial ponía el acento en dos aspectos de la personalidad de Bjerregaard (1845-1922): se lo señalaba como un escritor y una autoridad en misticismo y como un pintor autodidacta de vocación tardía (70 años de edad). En su faceta de escritor se destacaban sus obras “Lectures on Mysticism and Nature Worship”, “Sufi Interpretations of the Quatrains of Omar Khayyam and Fitzgerald” y “The Great Mother […]”. Sin lugar a dudas, su producción fue mucho más vasta e incluyó un número importante de libros; como así también, ensayos y artículos publicados en el “Theosophical path magazine” de New York entre 1886 y 1887 (la mayoría de ellos se abocaron al estudio y difusión del sufismo). Su libro, "The Inner Life and the Tao-Teh-King", fue editado por la Theosophical Publishing Company en 1912.
El mismo Bjerregaard aclara, en el lacónico prefacio de esta obra, que el volumen está compuesto por una serie de conferencias originales, revisadas y corregidas, cuyo propósito es presentar una interpretación mística del Tao Te Ching que, según el autor, es el único modo apropiado de leerlo:
They claim not to be exhaustive, but only an attempt in direction of a mystic interpretation of the Tao-Teh-King, a manner of Reading that famous book but Little practiced and less understood. The only proper way of reading that book is in the light of mysticism…” (p. v).
También advierte que se ha basado en algunas versiones con las que estaba de acuerdo; pero, en ocasiones, ha recurrido a su propia traducción del texto. Una crítica literaria del libro publicada por The New York Time (Tao-Teh-King, 1913) apunta en esa misma dirección sin aportar ningún juicio de valor, más allá de relacionarlo con otras traducciones y destacar que se distingue del resto por la importancia de los extensos comentarios y por el punto de vista del autor, adelantado en cita textual registrada más arriba. En concreto, Bjerregaard, ofrece una exégesis del clásico chino desde una óptica particular (misticismo, teosofía, “inner life”), perspectiva, por otra parte, detallada y explicitada en los tres primeros capítulos del volumen (“The inner life and the Tao-Teh-King”, p. 1-16; “The inner life”, p. 17-33; “Mysticism”, p. 34-58). Un extracto seleccionado del primer capítulo declara la posición del autor y el eje conceptual de la obra: “The Inner Life is a ‘Wisdom of the other shore’; and only comprehensible to those who have crossed over the river or have sailed upon it. Experience, not lecturing, nor hearing a lecture, will make it clear.”(p. 6). Con esta visión particular desde “la otra orilla”, donde confluyen en apretado sincretismo los espíritus de oriente y occidente, Bjerregaard examina los temas recurrentes del taoísmo: la simplicidad, el sabio, la longevidad, el Tao, el Te, la vida, la No-acción (wu wei), etc. En algunos pasajes se esmera en tratar las cuestiones por medio de diagramas ― “a picture of Tao” ―, o a través de símbolos, objetos de su propia creación, como “la llama de la vela que representa el Todo” (Ver Ilustración 8).
La Theosophical Publishing Company fue fundada a comienzos del siglo XX por Harold Waldwin Percival (1868-1953) quien se convertiría en el principal difusor de la literatura teosófica de la época (Santucci, 2013). Es la típica editorial al servicio de una institución determinada, en este caso, The Theosophical Society of New York. El ejemplar del Archivo Histórico tiene una particularidad que no pasa inadvertida: no presenta la encuadernación original. Dicho de esta forma, podría dar la impresión de tratarse de un hecho menor si no se elucidaran algunos pormenores. La nueva encuadernación tiene tapas duras, forradas en cuero azul con los datos de los títulos – inglés y chino – y el autor estampados en letras doradas; luce en las contratapas internas – anterior y posterior –, conjuntamente con las guardas contiguas, una muy fina decoración con motivos vegetales, zarcillos y pequeñas flores, que cubre toda la superficie. Remata tan delicado ornamento, en llamativo contraste, una pequeña etiqueta, la cual suma otro detalle bibliofílico interesante. Este rótulo lleva la siguiente inscripción:
“John M. Watkins
Publisher and Bookseller
21, Cecil Court
Charing Cross Road,
London, w.c.”
John M. Watkins estableció su librería a fines del siglo XIX y publicó su primer catálogo de usados en 1893. Lo destacable es que el comercio de Walkins era frecuentado por personalidades como el poeta irlandés W.B. Yeats (miembro de la Orden Hermética de la Golden Dawn) y G.R.S. Mead, autor de libros sobre gnosticismo y figura destacada de la Sociedad Teosófica (Watkins Books, 2010). El mismo John Watkins se consideraba amigo y discípulo de Helena Petrovna Blavatsky, cofundadora de la mencionada Sociedad y prolífica escritora de temas esotéricos. Se relata que, justamente, el establecimiento de la mencionada librería se debió a una preocupación de su amiga: “The ideal of founding the bookshop is said to have occurred to Mr. Watkins in a conversation with Madame Blavatsky in which she lamented the fact that there was nowhere in London one could buy books on mysticism, occultism and metaphysics” (Watkins Books, 2010, p.3).
¿Qué vínculo existe entre Watkins y este ejemplar? ¿Fue su librería en la que se expuso a la venta o fue el encargado del embellecimiento ulterior de la pieza o ambas cosas? No se conoce con seguridad este hecho y muchas hipótesis podrían formularse al respecto; lo cierto es que, de alguna manera, existió un interés personal de Watkins para que su nombre se perpetuara en este libro. Por otra parte, es evidente, teniendo en cuenta las ediciones estándares de la Theosophical Publishing Company, que el destinatario de la obra “reacondicionada” era un lector especial en algún sentido: ¿un bibliófilo?, ¿un miembro de la confraternidad? Un enigma…por el momento.


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